Powered By Blogger

lunes, 30 de agosto de 2010

Un café en aquel lugar frío.


Sigo perdiendo las esperanzas, cada día un poco más. Me dan unas ganas enormes de agarrarte fuerte por los hombros y sacudirte hasta que me preguntes por qué lo hago para responderte “¡porque tú no haces nada!”. Cada vez que mi mirada se topa con la tuya o te veo caminar a lo lejos, me entran ganas de correr hacia ti gritando tu nombre para llamar tu atención y luego golpearte fuerte, muy fuerte, y ver si de ésa manera algún golpe es lo suficientemente fuerte como para hacer reaccionar a tu corazón o tu mente y te des cuenta de lo que te pierdes, de que me pierdes. He pensado en jalarte el cabello y besarte en la frente para luego huir, a ver si eso cambia algo. Me entran ganas de aferrarme a tus pies y llorarte, hasta que te inclines, me abraces y me digas que lo sientes, que tu intención no fue herirme, que piensas en mí algunos días, que esté tranquila porque todo volverá a ser como antes. Me dan ganas de acercarme a ti con delicadeza y preguntarte qué es lo que pasa por tu mente. Me dan ganas de hacer como si nada hubiese pasado, para poder volver a hablar contigo y contarte cosas que he estado guardando todo este tiempo, regalarte aquel CD con videos de tu banda favorita que descargué y grabé para ti. De entregarte una carta que te recuerde todos los buenos momentos que hemos pasado juntas para que te des cuenta de que sí vale la pena luchar por esta amistad, y junto a esos buenos momentos, escribir muchas razones del porqué no te quiero perder y los porqué no deberías perderme, pero te corresponde a ti darte cuenta de todo eso. Quiero volver a caminar a tu lado, tomarte la mano y decirte que te quería tal y como eras. Que simplemente me agradaban todos tus detalles y tus actitudes buenas, y que adoraba tus defectos al mismo tiempo. Recordarte que siempre he estado para ti y lo seguiré estando. Invitarte a mi fría casa para que tu mirada y sonrisa la hagan cálida mientras nos tomamos un café, porque sé cuánto te gustan ¡Y ahora tengo una cafetera! Volver a decirte lo tonta que eres mientras me río de tus bromas. Repetirte honestamente lo agradecida que me siento cuando me aconsejas, o mejor dicho, cuando lo hacías. Acariciar tu fino cabello mientras te digo que necesitas un corte, porque lo has dejado crecer más de lo usual.

Pero luego me doy cuenta de que no puedo hacer todas esas cosas, porque no hablamos más. Porque mi orgullo, a pesar de haber disminuido, me retiene y me dice que eres tú la que debe acercarse. Porque actúas como si te importara poco arreglar esto y no puedo hacerte cambiar de opinión y/o actitud. Es lo que demuestras, pero sé que en el fondo algo te debe importar, si no es así significa que no te conozco, que has mentido todos estos años, y sólo pierdo mi tiempo. Podría perdonarte. Pero por favor, acércate para decirte que es demasiado tarde.

Ésta carta me ha servido como una despedida que no me atrevo a concretar porque siento que no me corresponde. No estoy cerrando el capítulo de una etapa de mi vida, porque no se puede cerrar algo que está inconcluso, sólo estoy dando vuelta la página para seguir adelante. Sé que tarde o temprano leerás esto y espero que lo tomes de buena forma, o que lo tomes como quieras. No sé qué sientes tú respecto a este quiebre, al menos ya sabes lo que pienso yo.



Fotografía por: David C Shultz

2 comentarios:

Josiita dijo...

:/

Nymphadora dijo...

Una vez(de varias)me pelee con mi mejor amiga,estuvimos peleadas mucho tiempo.Entera culpa de ella,su orgullo insoportable,me dijo que esta vez ella tenia que bajarse del caballo,y que yo tenia que dejar que lo haga sola.

Paso el tiempo y un día apareció en mi puerta,y aunque yo aun estaba herida,la recibi con los brazos abiertos,y la perdona una vez más.

En ese momento supe,que ella entendio,aunque fue un segundo,que no siempre iba a estar detrás de sus caprichos.

No se si te sirva de algo,pero me hizo acordar mucho a aquella vez.

Saludos!