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martes, 8 de febrero de 2011

La miel del panal amarillo.


     Incluso si tus labios no son dulces, yo los veo como caramelos. Yo te descubrí hace años atrás. Recuerdas el lugar, el evento, pero no recordarás a este ser que te observó desde el tercer piso. Puedes recordar la adrenalina que corría por tu sangre al presentarte por primera vez pero no puedes recordar los rostros que te apreciaban porque eran un montón. Se encendió una duda, una incertidumbre hecha sentimiento. Todavía no comprendo cómo es que pudiste abrir en una mente un camino jamás planeado, ahora pavimentado de deseo por tus ojos. Has cambiado, he cambiado, pero debo dejar en claro que yo supe tu orientación incluso antes de que tú supieras qué te depararía algún día el destino. ¿O es que lo sabías tú también? Si yo descubrí  el panal antes que aquella persona que te acompaña hoy... ¿no debería ser yo la que se estuviese nutriendo de tu miel?

     Camino y pensamiento absurdo, el  andar pausado del sentimiento que crece. No creas tampoco que te quiero, menos aún que te amo. Pero el deseo es cegador al igual que los otros dos factores. Hay mezclas fatales como la marihuana y el alcohol pero hay mezclas aún peores, que no te matan, no, sino que envenenan tu alma de fantasías extrañas que ni siquiera estás segura de querer realizar, tus ojos y tus labios, ten cuidado de cómo los usas. Temo la proximidad porque tengo problemas de control a distancia, no imagino mi brazo rozando el tuyo.

     El peligro inminente, el miedo a enfrentar la verdad, el pavor a la respuesta de la masa, es algo que me hubiese gustado haber compartido contigo, pero soy muy cobarde, probablemente te me hubieses adelantado de todas formas. Confieso que no tengo su cabello de fuego, pero tengo el carácter. Tengo las ganas, me faltan las oportunidades.

     Huelga de hambre en mí cada vez que te veo y me rehúso a alimentarme de algo que no sean tus labios. Lo sé, lo sé, ya los he nombrado bastantes veces ya como para aburrir a quien lea esto, pero quien lee esto y se aburre de leer “tus labios” es porque jamás los ha visto. Yo sólo buscaba ahondar en la mirada profunda que un día se dirigió directamente hacia mi pupila, pero me pierdo en el camino de vuelta a la realidad cada vez que exploro en ellos. Tus gestos inocentes dentro de tu actitud poderosa, dentro de la brutalidad. Excitante brutalidad y místico grito de tu alma, sale con fuerza y un ritmo, pautado pero vanguardista. El foco que te alumbra cada vez que demuestras para lo que naciste te hace ver aún más deseable, es lo que siempre quise, MI SUEÑO lo cumples TÚ y es admirable que lo hagas con gusto y pasión.

     ¡Se de mi propiedad! Sabría cuidarte entre caricias, besos y celos. Entre encuentros, ausencias y mi apoyo. Entre sábanas, césped y asientos. Ayúdame a no tenerle miedo al mundo. Edúcame con tu valentía, toma de mi mano y hazme notar que lo que opina el resto es sólo basura y lo único importante es la persona que sujeta tu mano. Toma mi brazo y levántame de la esquina oscura de la auto-omisión, has que brille bajo el haz radiante de tus ojos que me indicarán que está bien ser quien soy, siempre. Despeja de mi mente cualquier rastro de inseguridad, que no costará mucho ya que al tenerte, aceptarte y gritar al viento, la libertad será bien vista.

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