Powered By Blogger

viernes, 28 de octubre de 2011

Consuelos mediante MCM


     El problema no son los medios de comunicación de masas, es la gente que cree que mediante ellos, pueden seguir siendo personas. El problema es la gente que cree que mediante un comentario en una página, un mensaje de texto, o algún otro frío contacto piensa que te entrega su apoyo. Es acaso que no les importa o que se están acostumbrando a la era digital. Bueno, que se enteren ahora mismo, que nada puede reemplazar un abrazo.

     Cuando un ser cercano sufre, lo mejor que puedes hacer es ir a visitarlo, abrazarlo, besarle la frente, como gesto mínimo y en caso de imposibilidad de transporte, llamarlo. Quizás quiera pensar solo, pero acompañado. Puedes sentarte a su lado, tomarle la mano, o mirar el techo, juntos. Porque en el momento en que se quiebre, podrás abrazarlo. Quizás nunca lo haga, quizás nunca llore mientras estén juntos, quizás nunca te agradezca, quizás no te acepte los abrazos porque no quiere llorar frente a ti, pero puedes dar por seguro que ese gesto tuyo no lo olvidará.
     ¿Comentar en una página? ¿Enserio? Detente un segundo a pensar, si tú estuvieras sufriendo, si un ser querido se te está muriendo, si terminaste con tu pareja, si perdiste un torneo importante para ti, ¿te bastaría con que te manden un mensaje que diga “fuerzas”? ¡Vamos! Cuando sufres quieres atención, saber que no estás solo en tu mundo en pausa, mientras todo sigue girando igual de rápido, quieres que alguien se detenga contigo, se baje de este planeta giratorio a pensar en que cualquier momento nos vamos. Cuando sufres tú, piensas en ti y en lo que a ti te rodea, y quieres que se fijen en ti y tu sufrimiento, aunque estés solo, quieres que piensen en ti. Pero cuando otro sufre ¿lo ayudas de la forma en que un amigo lo hace? Consuela a los que te quieren y quieres, porque la preocupación, es parte de un buen querer.
     Pero pensándolo bien, no nos consuelen a los que en este momento sufrimos, no. No nos consuelen si ustedes son de los que piensan dos veces antes de llamar a un amigo enfermo. No nos consuelen si ustedes son de los que ven a un amigo llorando y se quedan en duda si ayudarlo o no, porque están peleados. No nos consuelen si ustedes son de los que no se acercan a menos que tengan un pañuelo en el bolsillo. No nos consuelen si ustedes son de los que prefieren no acercarse porque no saben qué decir. No nos consuelen si se acercan por lástima y no por preocupación. No nos consuelen, porque para una doble decepción, no hay más espacio para sufrir.